18 enero 2022
Martes, 18 de enero de 2022, Audiencia de Emanuele Errichiello y Jacopo Scipioni, Centro Studi Internazionali (CIS).
Emanuele Errichiello es responsable del Observatorio de la UE en el Centro Studi Internazionali. Tras estudiar en la London School of Economics (LSE), colaboró con varios centros de investigación italianos y europeos centrados en el papel de la UE como actor económico y sus relaciones con los países mediterráneos. Ha editado la última edición del volumen "Introducción a las Relaciones Internacionales", utilizado en algunas de las principales universidades británicas y europeas.
Jacopo Scipione es Jefe de Programas y Relaciones Exteriores del Centro Studi Internazionali. Tras licenciarse en Derecho en Roma, realizó un Máster en Estudios Europeos en la Universidad de Parma, debatiendo su tesis final sobre el marco legislativo europeo en materia de Inteligencia Artificial. En los últimos años, ha colaborado con varias organizaciones europeas, como la Unión de Federalistas Europeos, GaragErasmus y la Universidad Politécnica de Madrid.
Resumen de la audiencia
Además de Emanuele Errichiello y Jacopo Scipione, conectados a distancia, estuvieron presentes Alessandra Mozzi, Simone Biggio, Alessio Corsato y Andrea Barbato, también miembros del Centro Studi Internazionali.
Los representantes del CIS ilustraron los cinco macroámbitos en los que el Centro ha centrado su atención, formulando propuestas concretas para cada uno de ellos.
En cuanto a la gobernanza económica, señalaron que la "crisis de la deuda soberana" de 2012-2013 se debe a factores estructurales.
Se propusieron cuatro soluciones: la creación de un instrumento de deuda común; la creación de una capacidad fiscal común; la finalización de la unión bancaria; y la revisión de los tratados en beneficio del BCE. El Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR) es un factor positivo para acelerar la creación de un instrumento de deuda común.
Los representantes de la CEI compartieron la idea de incluir una regla de oro, con el fin de poner más énfasis en el crecimiento y el gasto. En este contexto, es esencial reforzar el papel de la Comisión, el Parlamento Europeo y las administraciones fiscales nacionales especiales en el seguimiento y la evaluación de las políticas económicas.
Desde un punto de vista más estrictamente institucional, proponen rediseñar el proceso de toma de decisiones en las instituciones europeas, superando el derecho de veto mediante una mayor participación de los parlamentos nacionales.
Consideran necesario asegurar instrumentos permanentes como la Conferencia sobre el Futuro de Europa y la Plataforma Digital, para permitir un intercambio constante entre las familias transnacionales de partidos y ciudadanos. También debería considerarse la consolidación y el relanzamiento de instrumentos participativos como el referéndum europeo y las iniciativas ciudadanas propuestas. Esto reforzaría el circuito democrático, principalmente si fuera posible superar la lógica de la elección del Parlamento Europeo sobre una base puramente nacional.
En cuanto a las nuevas tecnologías, proponen más inversión, menos burocratización y modernización de las administraciones públicas, así como la definición de directrices para una Inteligencia Artificial más transparente.
En cuanto a la sostenibilidad, se debe hacer hincapié en los conceptos de economía circular y fin de los residuos. Las soluciones previstas son: ayudas a las empresas; mayor cooperación entre las agencias locales y la Agencia Europea de Medio Ambiente; creación de una base de datos europea para el intercambio de información; creación de un banco europeo para el clima y el desarrollo sostenible.
En cuanto a la acción exterior, el CSI propone una revisión del enfoque integrado de los conflictos y las crisis y un refuerzo del papel de mediación de la UE en los asuntos internacionales, como ejemplifica la actual gestión de la crisis iraní.